29/11/17

Borneo Indonesio

Concluida la primera etapa de este viaje, toca cambiar de isla. Desde Manado un avión de la Cía. Lion Air me llevó hasta Balikpapan (70min.) en Kalimatan, isla Borneo.
Borneo está compartido administrativamente por 3 países: Malasia,  Brunei Indonesia (Kalimantan). La parte indonesia que quiero visitar corresponde desde el  NorEste hasta el Sur de la isla.
Por falta de tiempo, ya que solo el moverme con tanta lentitud en guaguas por Sulawesi me ha hecho perder varios días, y lo mismo me podrá suceder en Kalimantan, he tenido que descartar islas Derawan que tenía planeado para realizar unas inmersiones en sus corales y comenzar esta segunda parte del viaje varios cientos de kilómetros más al Sur, por el  Parque Nacional Kutai (Taman Nasional Kutai) para observar a los Orangutanes  de Borneo  (Pongo Pygmaeus) y otras especies de animales y aves que allí habitan.
Junto a mí, en el avión, se sentó una pareja joven de Samarinda, mi siguiente ciudad de paso, que además de darme algo de info sobre su localidad me llevaron en su coche, que tenían en el parking del aeropuerto, hasta la Terminal Batu Ampar (aprox. 15kms. del centro de la ciudad), donde salen las guaguas hacia el N., dirección Samarinda (4h.) o hacia Sangatta (7h.) la ciudad más cercana al Parque Nacional Kutai, mi siguiente destino.
Como el trayecto en guagua desde Balikpapan hasta el Parque es posible que durara más de 8h. he preferido parar en Samarinda y descansar, ya que me había levantado muy temprano para ir al aeropuerto de Manado (el avión salía a las 06:45). Tenía otra opción de vuelo, directo, a mitad de precio pero llegaba a Balikpapan atardeciendo, teniendo que hacer noche allí. Aunque más tarde me enteraría que hay una compañía de microbuses que va desde el mismo aeropuerto al centro de Samarinda.
La guagua tardó dos horas en hacer el trayecto hasta la Terminal Sur de Samarinda, y desde allí tuve que coger un Ojek hasta el hostal donde me iba a quedar (Kost Samarinda (100.000 Rp./climatizado y baño compartido), situado entre el río Mahakan  y Pasar Pagi (el Mercado de la mañana), principal lugar de concentración de los Angkor  (mikolets) para moverse por esta ciudad.
Desde aquí he querido informarme además que opciones tenía para navegar por el río Mahakan  y para quedarme en algunas comunidades de "casas flotantes" ya que todos los días sale un barco (Kapal Biasa) desde el embarcadero de Samarinda y recorre buena parte de este enorme río (casi 1.000kms.) deteniéndose en las orillas de muchos pueblos y aldeas.
Samarinda es una ciudad muy ruidosa y sucia, con amplias calles, predominando enormes mezquitas, entre ellas la del Centro Islámico, casi a orillas del río, que al atardecer se refleja en el agua ofreciendo una extraordinaria perspectiva desde cualquier punto de la sucia avenida que bordea esta parte de la ciudad. Hay excelentes restaurantes donde preparan muy bueno platos. Se encontrarán por el olor y la cantidad de gente esperando para llevarse la comida a casa. Los precios sin embargo son muy económicos. Algunos puestos de comida (warrung) situados en la ribera del río es el lugar ideal para observar el ocaso y oír los cantilenas de los muecines que llaman a la oración desde la megafonía de las mezquitas cercanas. El río Mahakan divide a la ciudad en dos y baja muy sucio hasta su desembocadura. El centro de la ciudad se encuentra en la margen oriental del río –o parte antigua-, y la otra, en el extremo occidental, más moderna, se le denomina distrito Samarinda Seberang. 
A primera hora de la mañana del siguiente día me dirigí en Ojek (de la Cía. GO-JEK) a la  Terminal Lempake que se encuentra a casi 9kms. del centro (19.000Rp.), donde salen las guaguas dirección N., que al igual que me sucedió en Makassar, me pidieron desde el hostal por teléfono. Muchos indonesios tienen en sus celulares una aplicación que les permite pedir un Ojek (moto-taxi) tan solo poniendo puntos de salida y llegada. Los precios son mucho más justos que lo que piden los Ojeks callejeros. Incluso llegando a ser casi el 50% más barato. Y sin tener que regatear precio. Desde el 2010, y hoy día en más de 50 ciudades importantes de Indonesia, se ha convertido en un proveedor de servicios de transporte diligente de personas y mercancías en una aplicación telefónica fácilmente instalable en el celular. Incluso se puede observar en la pantalla el recorrido del motorista, que en menos de 2 o 3 minutos llega al punto de citación.
De Samarinda Sangatta (4h., incluida la media hora del desayuno del chófer, y de los pasajeros) la hice en una guagua pequeña e incómoda. La noche anterior había llamado por teléfono a Mr. Supiani (6281346348803 ), el coordinador del Parque Nacional Kutai, un tipo que maneja desde hace muchos años todo lo relacionado con las visitas tanto de turistas como de investigadores, para avisarle de mi llegada. Habla inglés y mueve todos los contactos para facilitar la llegada al Parque, que se encuentra en Kabo Jaya a más de  10kms. de Sangatta.
Una vez llegado a la Terminal de guaguas tenía que trasladarme hasta la orilla del río  Sangatta para coger una canoa a motor y remontar hasta Prevab Mentoko, donde se encuentran las cabañas de los rangers (Camp Kakap).
Así pues, con un poco de paciencia sólo era cuestión de esperar que algún angkor me llevara hasta el río a un precio razonable, ya que al ser un "bule" se aprovechan y piden unos precios exageradamente altos. Aunque estemos en época no turística.
Tras regatear las 100.000Rp. que un tipo me pidió al principio, acordamos que por  40.000Rp. me llevara (con parada en un supermercado para comprar provisiones) hasta el embarcadero. En el campamento no sirven comida. Sólo alojamiento. Como solo iba a pasar a una o dos noches, según lo difícil que se hicieran los paseos por el interior del parque, compré fideos indonesios que solo requiere agua hervida, algo de fruta, agua embotellada y galletas.
En el embarcadero me esperaba un muchacho con una canoa a motor (ketketing) que me llevaría remontando el río (10min.) hasta el campamento.
Los precios que pagan los "bules" son exageradamente altos para lo que realmente pagan los locales por visitar este Parque Nacional:
Transporte en Canoa: 150.000 Rp. por trayecto.
Entrada al Parque: 150.000 Rp. (los locales sólo 5.000Rp.)
Noche en Cabaña: 150.000 Rp.
Paseo 2h. con ranger por la mañana: 150.000 Rp.
Paseo 2h. con ranger por la tarde: 150.000 Rp.
Paseo Nocturno para ver tarántulas: 150.000 Rp.
El Campamento se compone de varias habitaciones, baño y cocina para los visitantes. Los guías, que en este caso se presentó Pak Udín, un veterano en este lugar, llevan su propia comida. A los visitantes se les ofrece agua purificada de garrafa, agua hervida para hacer fideos, café, té y la posibilidad de usar la cocina de gas en caso de llevar otros alimentos para cocinar.
Al llegar cerca de las tres de la tarde aprovechamos para hacer una primera incursión por unos senderos bien delimitados intentando localizar algunos de los Orangutanes que por ahí habitan, no tardando mucho en verlos. Varios de estos simios se encontraban en las copas de algunos árboles tanto arrancando la corteza de las ramas para chupar el agua de su interior como alimentándose de frutos. Aunque se encuentran en total libertad de movimiento, no dejan de tener contacto con los humanos y pocas veces bajan a tierra a no ser que no les guste el entorno. Cada día hacen un nido nuevo a una decena de metros de altura para dormir. Incluso las crías suelen ayudar a asentar ramas. Los orangutanes generalmente tienden a ser solitarios en lugar de estar en grupos y las hembras estarán con sus hijos que formarán pareja para el apareamiento.
Continuamos por los siguientes senderos marcados con cintas de color en busca de otros animales pero muy pocos vimos u oímos. Si acaso algunos macacos grises, muy pocas aves, algunas mariposas negras e insectos. En esta ocasión, no hubo mucha suerte. Sin embargo, ha habido semanas que algunos visitantes no han visto durante días ni orangutanes!. No sé si porque las lluvias los han hecho moverse de lugar o porque no es época buena, pero muy pocas aves estoy viendo en las salidas que últimamente estoy haciendo por los bosques que he visitado tanto en  Sulawesi como en Kalimantan.
De regreso pudimos ver como cerca de nuestra cabaña otro orangután terminaba de preparar su nido. En la otra parte del campamento se encontraban hospedados unos estudiantes indonesios y varios investigadores europeos del Instituto de Investigación  controlando a estos simios, extremadamente inteligentes, para garantizar su supervivencia en este bosque tropical de 200 hectáreas que se está rehabilitando después de ser completamente quemado en 1.997.
Aquí están prosperando al igual que sucede en el Parque Nacional Tajung Puting,  al S. de  Kalimantan -como también en otros parques de Borneo-. Si tengo tiempo y consigo contactar con turistas que vayan a visitarlo compartiríamos gastos ya que, al tener obligatoriamente que alquilar un barco durante varios días, es uno de los lugares más caros para poderlos observar de cerca. Aunque de esta manera tampoco se elimina la gravedad del problema al que se enfrentan en este hábitat natural pues parece ser que siguen disminuyendo hasta el peligro de su total extinción.
Al inicio del siglo pasado los orangutanes se encontraban en todo el Sud-Este de Asia, principalmente en el S. de China, donde sus poblaciones probablemente eran cientos de miles. Desgraciadamente hoy día sólo se encuentran en Borneo Sumatra. La principal causa es la actividad humana: destrucción y fragmentación de los bosques húmedos tropicales, especialmente los bosques de tierras bajas, la tala legal o ilegal intensiva de los bosques para el establecimiento de plantaciones madereras y las plantaciones de palmas de aceite -por lo general mediante el fuego-, la conversión a tierras agrícolas, la minería, los asentamientos, la construcción de carreteras y el comercio ilegal de estos simios tanto como mascotas como para alimentar a una parte de la población.
En 2.009 la petrolera estatal Pertamina que cuenta con una concesión dentro del parque nacional derramó más de 660 toneladas de crudo dañando zonas de bosque virgen del parque nacional y del río Sangata, afectando a miles de animales endémicos amenazados.
El Parque Nacional Kutai se extiende por una superficie de 2.000 km2. Parte de la anterior Reserva de caza de Kutai ha estado protegida desde los años setenta, sin embargo, este estatus no impidió que se talara un tercio del bosque en los años posteriores ni la entrada de compañías mineras a explotarlo. En un intento de impedir aún más deforestación, se estableció como Parque Nacional en 1.982. Aun así, los execrables incendios provocados en Borneo en los años 1982/83 destruyeron grandes secciones del bosque y la constante aproximación de la gente a lo largo del límite oriental continúa reduciendo la superficie del parque. Aproximadamente sólo el 30% del bosque primigenio se conserva.
La cena la compartimos Udin y yo con luz eléctrica. Él puso arroz blanco que hizo en la cocina y yo los fideos. Galletas, café y reposo para el día siguiente estar preparado para nuevas sorpresas. La noche con el sonido envolvente del bosque es especial. Aunque no hay muchos mosquitos, es necesario ponerse protector por precaución para estar bajo la luz del bombillo leyendo. La apestosa colchoneta sobre el suelo está protegida con una mosquitera y al menos la sábana estaba limpia. El olor a humedad en estas casas es normal debido a la situación en que se encuentra entre tanta vegetación. Estamos por encima del 95% de humedad.
La mañana siguiente amaneció lloviendo. Durante varias horas no pudimos hacer nada, así que tras el aguacero le propuse a Udín pasear en canoa hasta el delta del río Sangatta  para observar los monos Proboscys (o monos narigudos), o Bekantan en indonesio, y las aves que por allí habitan. Era el plan que tenía para el último día pero en vista de que había poco movimiento y emociones en el parque, de esta manera quise aprovechar mejor el tiempo.
Llamó con su celular a un amigo suyo que dispone de una embarcación y nos trasladamos en su moto hasta el embarcadero que tiene bajo su casa. Por 400.000 Rp./2'5h. de navegación llegamos al delta y regresamos. Nos detuvimos en diversas ocasiones observando a los Proboscis saltando en las ramas de los árboles en la orilla del río. También macacos grises, un cocodrilo de pequeño tamaño tomando sol sobre un tronco, águilas pescadoras, algunos kingfishers (o Martines pescadores), hornbill (o Cálaos),  Garzas blancas y otras especies más. Aunque los motores que usan estas embarcaciones son muy escandalosos y alertan rápidamente de nuestra presencia, al menos el espectáculo estuvo garantizado en varias ocasiones.
Los Proboscis son extraños simios con una nariz puntiaguda de color entre rosado-anaranjado,   que viven solamente en esta isla. Quedan pocos ejemplares debido a la deforestación y ésta es una gran oportunidad para verlos de cerca en acción. Son muy huidizos y hay que acercarse prudentemente a la orilla para observarlos.
Los tipos de vegetación que se encuentran aquí son manglares, selva baja costera, bosques de árboles tropicales (dipterocarpácea), de brezales (o kerangas), Ulines, Meranti, Kapur y mixtos.
Por la tarde Udin me alcanzó en moto hasta la Terminal y nuevamente en carretera, otra guagua me llevó a Samarinda. Quería llegar a Tenggarong, una importante e histórica ciudad, y desde allí trasladarme al siguiente día hasta Kota Bangun para comenzar la travesía en barco (Kapala Biasa) por el río Mahakan, pero como llegamos anocheciendo y no salen más guaguas de las terminales, tuve que quedarme nuevamente en Samarinda.
Un tipo que venía conmigo en la guagua me pidió con su celular un moto-taxi (de GO-JEK), pero al igual que ocurre en otros países con la competencia que este tipo de compañías les hace a los chóferes no le permitieron recogerme por estar en la Terminal, porque justo en frente se encontraban los Ojeks esperando clientes que llevar. Así que tuve que pagar un poco más (25.000Rp.) de lo que me cobraba el de GO-JEK (19.000Rp.).