Concluida
la primera etapa de este viaje, toca cambiar de isla. Desde Manado un avión de la Cía. Lion Air me
llevó hasta Balikpapan (70min.) en Kalimatan, isla Borneo.
Borneo está
compartido administrativamente por 3 países: Malasia, Brunei e Indonesia (Kalimantan).
La parte indonesia que quiero visitar corresponde desde el NorEste hasta
el Sur de la isla.
Por
falta de tiempo, ya que solo el moverme con tanta lentitud en guaguas por Sulawesi me
ha hecho perder varios días, y lo mismo me podrá suceder en Kalimantan,
he tenido que descartar islas Derawan que tenía planeado para
realizar unas inmersiones en sus corales y comenzar esta segunda parte del
viaje varios cientos de kilómetros más al Sur, por el Parque
Nacional Kutai (Taman Nasional Kutai) para observar a los Orangutanes de Borneo (Pongo
Pygmaeus) y otras especies de animales y aves que allí habitan.
Junto
a mí, en el avión, se sentó una pareja joven de Samarinda, mi
siguiente ciudad de paso, que además de darme algo de info sobre su localidad
me llevaron en su coche, que tenían en el parking del aeropuerto, hasta
la Terminal Batu Ampar (aprox. 15kms. del centro de la
ciudad), donde salen las guaguas hacia el N., dirección Samarinda (4h.)
o hacia Sangatta (7h.) la ciudad más cercana al Parque
Nacional Kutai, mi siguiente destino.
Como
el trayecto en guagua desde Balikpapan hasta el Parque es
posible que durara más de 8h. he preferido parar en Samarinda y
descansar, ya que me había levantado muy temprano para ir al aeropuerto
de Manado (el avión salía a las 06:45). Tenía otra opción de
vuelo, directo, a mitad de precio pero llegaba a Balikpapan atardeciendo,
teniendo que hacer noche allí. Aunque más tarde me enteraría que hay una
compañía de microbuses que va desde el mismo aeropuerto al centro de Samarinda.
La
guagua tardó dos horas en hacer el trayecto hasta la Terminal Sur de
Samarinda, y desde allí tuve que coger un Ojek hasta el
hostal donde me iba a quedar (Kost Samarinda (100.000 Rp./climatizado
y baño compartido), situado entre el río Mahakan y Pasar
Pagi (el Mercado de la mañana), principal lugar de concentración de
los Angkor (mikolets) para moverse por esta ciudad.
Desde
aquí he querido informarme además que opciones tenía para navegar por el río
Mahakan y para quedarme en algunas comunidades de "casas
flotantes" ya que todos los días sale un barco (Kapal Biasa) desde
el embarcadero de Samarinda y recorre buena parte de este
enorme río (casi 1.000kms.) deteniéndose en las orillas de muchos
pueblos y aldeas.
Samarinda es
una ciudad muy ruidosa y sucia, con amplias calles, predominando enormes
mezquitas, entre ellas la del Centro Islámico, casi a orillas del
río, que al atardecer se refleja en el agua ofreciendo una extraordinaria
perspectiva desde cualquier punto de la sucia avenida que bordea esta parte de
la ciudad. Hay excelentes restaurantes donde preparan muy bueno platos. Se
encontrarán por el olor y la cantidad de gente esperando para llevarse la
comida a casa. Los precios sin embargo son muy económicos. Algunos
puestos de comida (warrung) situados en la ribera del río es el lugar
ideal para observar el ocaso y oír los cantilenas de los muecines que llaman a
la oración desde la megafonía de las mezquitas cercanas. El río Mahakan divide
a la ciudad en dos y baja muy sucio hasta su desembocadura.
El centro de la ciudad se encuentra en la margen oriental del río –o parte
antigua-, y la otra, en el extremo occidental, más moderna, se le denomina
distrito Samarinda Seberang.
A
primera hora de la mañana del siguiente día me dirigí en Ojek (de
la Cía. GO-JEK) a la Terminal Lempake que se
encuentra a casi 9kms. del centro (19.000Rp.), donde salen
las guaguas dirección N., que al igual que me sucedió en Makassar,
me pidieron desde el hostal por teléfono. Muchos indonesios tienen en sus
celulares una aplicación que les permite pedir un Ojek (moto-taxi)
tan solo poniendo puntos de salida y llegada. Los precios son mucho más justos
que lo que piden los Ojeks callejeros. Incluso llegando a ser casi el 50% más
barato. Y sin tener que regatear precio. Desde el 2010, y hoy día
en más de 50 ciudades importantes de Indonesia, se ha convertido en
un proveedor de servicios de transporte diligente de personas y mercancías en
una aplicación telefónica fácilmente instalable en el celular. Incluso se puede
observar en la pantalla el recorrido del motorista, que en menos de 2 o 3
minutos llega al punto de citación.
De Samarinda a Sangatta (4h.,
incluida la media hora del desayuno del chófer, y de los pasajeros) la hice en
una guagua pequeña e incómoda. La noche anterior había llamado por teléfono
a Mr. Supiani (6281346348803 ), el coordinador del Parque
Nacional Kutai, un tipo que maneja desde hace muchos años todo lo
relacionado con las visitas tanto de turistas como de investigadores, para
avisarle de mi llegada. Habla inglés y mueve todos los contactos para facilitar
la llegada al Parque, que se encuentra en Kabo Jaya a más
de 10kms. de Sangatta.
Una
vez llegado a la Terminal de guaguas tenía que trasladarme
hasta la orilla del río Sangatta para coger una canoa a
motor y remontar hasta Prevab Mentoko, donde se encuentran las
cabañas de los rangers (Camp Kakap).
Así
pues, con un poco de paciencia sólo era cuestión de esperar que algún angkor me
llevara hasta el río a un precio razonable, ya que al ser un "bule"
se aprovechan y piden unos precios exageradamente altos. Aunque estemos en
época no turística.
Tras
regatear las 100.000Rp. que un tipo me pidió al principio,
acordamos que por 40.000Rp. me llevara (con parada en un
supermercado para comprar provisiones) hasta el embarcadero. En el campamento
no sirven comida. Sólo alojamiento. Como solo iba a pasar a una o dos noches,
según lo difícil que se hicieran los paseos por el interior del parque, compré
fideos indonesios que solo requiere agua hervida, algo de fruta, agua
embotellada y galletas.
En el
embarcadero me esperaba un muchacho con una canoa a motor (ketketing) que
me llevaría remontando el río (10min.) hasta el campamento.
Los
precios que pagan los "bules" son exageradamente altos para lo
que realmente pagan los locales por visitar este Parque Nacional:
- Transporte
en Canoa: 150.000 Rp. por trayecto.
- Entrada
al Parque: 150.000 Rp. (los locales sólo 5.000Rp.)
- Noche
en Cabaña: 150.000 Rp.
- Paseo
2h. con ranger por la mañana: 150.000 Rp.
- Paseo
2h. con ranger por la tarde: 150.000 Rp.
- Paseo
Nocturno para ver tarántulas: 150.000 Rp.
El
Campamento se compone de varias habitaciones, baño y cocina para los
visitantes. Los guías, que en este caso se presentó Pak Udín, un
veterano en este lugar, llevan su propia comida. A los visitantes se les ofrece
agua purificada de garrafa, agua hervida para hacer fideos, café, té y la
posibilidad de usar la cocina de gas en caso de llevar otros alimentos para
cocinar.
Al
llegar cerca de las tres de la tarde aprovechamos para hacer una primera
incursión por unos senderos bien delimitados intentando localizar algunos de
los Orangutanes que por ahí habitan, no tardando mucho en
verlos. Varios de estos simios se encontraban en las copas de algunos árboles
tanto arrancando la corteza de las ramas para chupar el agua de su interior como
alimentándose de frutos. Aunque se encuentran en total libertad de movimiento,
no dejan de tener contacto con los humanos y pocas veces bajan a tierra a no
ser que no les guste el entorno. Cada día hacen un nido nuevo a una decena de
metros de altura para dormir. Incluso las crías suelen ayudar a asentar ramas.
Los orangutanes generalmente tienden a ser solitarios en lugar de estar en
grupos y las hembras estarán con sus hijos que formarán pareja para el
apareamiento.
Continuamos
por los siguientes senderos marcados con cintas de color en busca de otros
animales pero muy pocos vimos u oímos. Si acaso algunos macacos grises, muy
pocas aves, algunas mariposas negras e insectos. En esta ocasión, no hubo mucha
suerte. Sin embargo, ha habido semanas que algunos visitantes no han visto
durante días ni orangutanes!. No sé si porque las lluvias los han hecho moverse
de lugar o porque no es época buena, pero muy pocas aves estoy viendo en las
salidas que últimamente estoy haciendo por los bosques que he visitado tanto
en Sulawesi como en Kalimantan.
De
regreso pudimos ver como cerca de nuestra cabaña otro orangután terminaba de
preparar su nido. En la otra parte del campamento se encontraban hospedados
unos estudiantes indonesios y varios investigadores europeos del Instituto
de Investigación controlando a estos simios, extremadamente
inteligentes, para garantizar su supervivencia en este bosque
tropical de 200 hectáreas que se está rehabilitando después de ser
completamente quemado en 1.997.
Aquí
están prosperando al igual que sucede en el Parque Nacional Tajung
Puting, al S. de Kalimantan -como
también en otros parques de Borneo-. Si tengo tiempo y consigo
contactar con turistas que vayan a visitarlo compartiríamos gastos ya que, al
tener obligatoriamente que alquilar un barco durante varios días, es uno de los
lugares más caros para poderlos observar de cerca. Aunque de esta manera
tampoco se elimina la gravedad del problema al que se enfrentan en este hábitat
natural pues parece ser que siguen disminuyendo hasta el peligro de su total
extinción.
Al
inicio del siglo pasado los orangutanes se encontraban en todo el Sud-Este
de Asia, principalmente en el S. de China,
donde sus poblaciones probablemente eran cientos de miles. Desgraciadamente hoy
día sólo se encuentran en Borneo y Sumatra. La
principal causa es la actividad humana: destrucción y fragmentación de los
bosques húmedos tropicales, especialmente los bosques de tierras bajas, la tala
legal o ilegal intensiva de los bosques para el establecimiento de plantaciones
madereras y las plantaciones de palmas de aceite -por lo general mediante el
fuego-, la conversión a tierras agrícolas, la minería, los asentamientos, la
construcción de carreteras y el comercio ilegal de estos simios tanto como
mascotas como para alimentar a una parte de la población.
En
2.009 la petrolera estatal Pertamina que cuenta con una
concesión dentro del parque nacional derramó más de 660 toneladas de crudo
dañando zonas de bosque virgen del parque nacional y del río Sangata,
afectando a miles de animales endémicos amenazados.
El Parque
Nacional Kutai se extiende por una superficie de 2.000 km2.
Parte de la anterior Reserva de caza de Kutai ha estado
protegida desde los años setenta, sin embargo, este estatus no impidió que se
talara un tercio del bosque en los años posteriores ni la entrada de compañías
mineras a explotarlo. En un intento de impedir aún más deforestación, se
estableció como Parque Nacional en 1.982. Aun así,
los execrables incendios provocados en Borneo en los
años 1982/83 destruyeron grandes secciones del bosque y
la constante aproximación de la gente a lo largo del límite oriental continúa
reduciendo la superficie del parque. Aproximadamente sólo el 30% del
bosque primigenio se conserva.
La
cena la compartimos Udin y yo con luz eléctrica. Él puso arroz
blanco que hizo en la cocina y yo los fideos. Galletas, café y reposo para el
día siguiente estar preparado para nuevas sorpresas. La noche con el
sonido envolvente del bosque es especial. Aunque no hay muchos mosquitos, es necesario
ponerse protector por precaución para estar bajo la luz del bombillo leyendo.
La apestosa colchoneta sobre el suelo está protegida con una mosquitera y al
menos la sábana estaba limpia. El olor a humedad en estas casas es normal
debido a la situación en que se encuentra entre tanta vegetación. Estamos por
encima del 95% de humedad.
La
mañana siguiente amaneció lloviendo. Durante varias horas no pudimos hacer
nada, así que tras el aguacero le propuse a Udín pasear en
canoa hasta el delta del río Sangatta para observar los
monos Proboscys (o monos narigudos), o Bekantan en
indonesio, y las aves que por allí habitan. Era el plan que tenía para el
último día pero en vista de que había poco movimiento y emociones en el parque,
de esta manera quise aprovechar mejor el tiempo.
Llamó
con su celular a un amigo suyo que dispone de una embarcación y nos trasladamos
en su moto hasta el embarcadero que tiene bajo su casa. Por 400.000 Rp./2'5h. de
navegación llegamos al delta y regresamos. Nos detuvimos en diversas ocasiones
observando a los Proboscis saltando en las ramas de los
árboles en la orilla del río. También macacos grises, un cocodrilo de pequeño
tamaño tomando sol sobre un tronco, águilas pescadoras, algunos kingfishers (o
Martines pescadores), hornbill (o Cálaos), Garzas
blancas y otras especies más. Aunque los motores que usan estas
embarcaciones son muy escandalosos y alertan rápidamente de nuestra presencia,
al menos el espectáculo estuvo garantizado en varias ocasiones.
Los Proboscis son
extraños simios con una nariz puntiaguda de color entre rosado-anaranjado, que
viven solamente en esta isla. Quedan pocos ejemplares debido a la deforestación
y ésta es una gran oportunidad para verlos de cerca en acción. Son muy huidizos
y hay que acercarse prudentemente a la orilla para observarlos.
Los
tipos de vegetación que se encuentran aquí son manglares, selva baja costera,
bosques de árboles tropicales (dipterocarpácea), de brezales (o
kerangas), Ulines, Meranti, Kapur y mixtos.
Por
la tarde Udin me alcanzó en moto hasta la Terminal y
nuevamente en carretera, otra guagua me llevó a Samarinda. Quería
llegar a Tenggarong, una importante e histórica ciudad, y desde
allí trasladarme al siguiente día hasta Kota Bangun para
comenzar la travesía en barco (Kapala Biasa) por el río Mahakan,
pero como llegamos anocheciendo y no salen más guaguas de las terminales, tuve
que quedarme nuevamente en Samarinda.
Un
tipo que venía conmigo en la guagua me pidió con su celular un moto-taxi (de GO-JEK),
pero al igual que ocurre en otros países con la competencia que este tipo de
compañías les hace a los chóferes no le permitieron recogerme por estar en la
Terminal, porque justo en frente se encontraban los Ojeks esperando
clientes que llevar. Así que tuve que pagar un poco más (25.000Rp.) de lo que
me cobraba el de GO-JEK (19.000Rp.).