Ir de Rantepao hacia el Norte de
la isla es posible al menos con una sola compañía de guaguas, Bus Ketty,
con vehículos bastante anticuados y poco confortables. En mi caso, algo se
rompió del motor que nos detuvimos en dos ocasiones al poco de salir que nos demoró
más cerca de tres horas en su arreglo. Esta línea de guagua llega hasta Palu,
al Oeste de la isla (unos de los puertos utilizados por la cía.
naviera Pelni para
cruzar a la isla Kalimantan), y hace paradas en las ciudades
importantes intermedias que haya contratado el pasajero (Bone Bone, Pendolo, Poso, Palu). Hace
poco más de diez años esta región estaba vedada a los turistas debido a los continuos
enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. Hoy día ni se habla del asunto.
Todo está en paz.
Los diferentes paisajes conforman uno de los grandes atractivos de Sulawesi. La isla reúne la abundancia de su clima ecuatorial y las múltiples variaciones de relieve de sus numerosas zonas montañosas. La cima más alta culmina a 3.440mts.. Esta es una buena ocasión para recorrer y descubrir en transporte público paisajes de bosques entrecortados por valles, ríos, lagos y bellos decorados de arrozales sembrados de aldeas. Esta isla posee una biodiversidad excepcional. Su situación geográfica, entre dos zonas geoclimáticas muy diferentes, garantiza que tenga una ecología muy particular.
Ya que mi propósito había sido llegar hasta Ampana, debiendo hacer algún cambio de vehículos (más de 15h. en el mejor de los casos), para coger el ferri de las islas Togian quise detenerme en Tentena (170.000Rp.), casi a mitad de camino, para descansar y de paso navegar por su enorme lago Poso -el tercero más grande del país- y conocer un poco esta parte de la isla.
Los diferentes paisajes conforman uno de los grandes atractivos de Sulawesi. La isla reúne la abundancia de su clima ecuatorial y las múltiples variaciones de relieve de sus numerosas zonas montañosas. La cima más alta culmina a 3.440mts.. Esta es una buena ocasión para recorrer y descubrir en transporte público paisajes de bosques entrecortados por valles, ríos, lagos y bellos decorados de arrozales sembrados de aldeas. Esta isla posee una biodiversidad excepcional. Su situación geográfica, entre dos zonas geoclimáticas muy diferentes, garantiza que tenga una ecología muy particular.
Ya que mi propósito había sido llegar hasta Ampana, debiendo hacer algún cambio de vehículos (más de 15h. en el mejor de los casos), para coger el ferri de las islas Togian quise detenerme en Tentena (170.000Rp.), casi a mitad de camino, para descansar y de paso navegar por su enorme lago Poso -el tercero más grande del país- y conocer un poco esta parte de la isla.
Salimos de Rantepao a las 7:30, volvimos a descender
hasta Palopo y nuevamente retomar la carretera
dirección N. que se
encuentra bastante deteriorada por el paso de tanto transporte pesado, con
baches que hace la conducción muy lenta aunque los cambiantes paisajes entre
las deslumbrantes montañas recargadas de vegetación, enormes árboles, llanuras,
arrozales y ríos que para la época de lluvias que nos encontramos llevan poco
agua, al menos entretiene bastante la vista y no hace tan pesado el trayecto. Ni
si quiera la intermitente música que mal sonaba por los altavoces ayudaba a dormitar
ni tampoco me pareció adecuado perderme las diferentes vistas que aparecían
ante mis ojos a través de la ventana. La fría climatización ocasionaba que nos
cubriéramos debidamente para no enfermar con tantas paradas que realizamos,
subiendo y bajando, cambiando tan radicalmente de temperatura (19º en el interior - 32º en el exterior).
Tras 12h. de
trayecto me dejaron muy cerca de la Terminal de guaguas de Tentena casi a las 8 de la noche, y lloviendo. Seguidamente pude
montar en un Ojek y dirigirme al hotel Victory (150.000 Rp., desayuno
incluido), a pocos metros del lago Poso.
No está nada mal este hotel y sus empleados son muy atentos aportando un mapa
hecho a mano con mucha información sobre lo que se puede hacer por los
alrededores, incluso los horarios actualizados de los ferris que navegan por
las islas Togian.
Al siguiente día
tras pasear por esta pequeña ciudad contraté junto a una pareja alemana una
embarcación para navegar unas horas por el lago al atardecer, observar las
formas de pescar de sus habitantes, las pequeñas aldeas que salpican sus orillas y darnos unos refrescantes baños en sus aguas.
Una
de las particularidades de Sulawesi es la de situarse en la confluencia de dos
grandes zonas geoclimáticas muy diferentes, separadas por la célebre línea de
Wallace, que lleva el nombre del naturalista inglés que las estudió: una, al
oeste, se sitúa claramente en el conjunto asiático, mientras que la otra, al
este, entronca manifiestamente con Australia. El resultado es una ecología muy
peculiar, caracterizada por una fauna específica que, en ciertas ocasiones, no existe
más que prácticamente aquí. Así, más de la mitad de los mamíferos autóctonos
(actualmente, unos 100) son endémicos de la isla, como el búfalo enano del
bosque (Anoa), el ciervo porcino (Barbirusa) y el mono enano (Tarsio), así como numerosas especies de aves y
murciélagos frugívoras. Toda esta zona que estoy visitando posee una fauna y una
flora en las que se mezclan diferentes especies, destacando las anguilas plateadas y amarillas (en temporada) y dos especies endémicas de peces. En el extremo meridional del lago se encuentra Pendolo, otra ciudad pero con poco encanto.
Tentena hasta hace poco tenía unos de los mercados más populosos de
la zona (Pasar Central) y como en
todos los lugares las mañanas son mucho más activas con el pescado y la carne
fresca como productos principales, pero
los comerciantes se estaban quejando que ha decaído mucho las ventas y ya no
ganan lo suficiente para tantas horas que echan al trabajo. Se encuentra a
varios kilómetros del centro de la ciudad y como viene siendo habitual,
destacar que la ropa china lo inunda todo.
Como los alrededores de esta ciudad es bastante interesante
había pensado alquilar una moto y recorrer varios lugares (un poblado balinés, la
cascada Saluopa, la playa Siuri de arena en el lago y otros
montes cercanos) pero, desayunando, una pareja de alemanes me comentó que
habían contratado un taxi para ir directamente a Ampana (5h.) y en ese momento me
pareció una buena oportunidad de viajar rápido evitando los cambios de guaguas
y pérdida de horas esperando que se llenen, pudiendo llegar a durar el viaje
más de 10h..
Así pues, a las ocho
en punto estábamos compartiendo coche y carretera. Ésta se dirige a Poso y
luego hay que desviarse por otra hacia Ampana. La carretera se
encuentra algo mejor pero en algunas zonas los corrimientos de tierra han
deteriorado algunos tramos haciéndola bastante lenta. Pasamos
diferentes aldeas y pueblos hasta llegar a la costa de esta región que ofrece
increíbles paisajes de postal con hermosas playas de arena fina y blanca,
aguas de color turquesa que encierran una vida subacuática extraordinaria
para pescadores y buceadores. Como en la mayor parte de esta isla los grandes bosques han
casi desaparecido, especialmente a causa de la agricultura
intensiva, la creación de viviendas o la explotación minera.
Para aprovechar esos determinados horarios de navegación y
no pasar mucho tiempo entre islas decidí dirigirme directamente hasta isla Malenge, la penúltima
parada que hace el ferri, pasar unos días allí y regresar nuevamente a Wakai para luego ir a isla Kadidiri, donde quería
hacer unas inmersiones con el Resort
Paradise por los corales
cercanos que me habían comentado que son los mejores de la zona.
Estas islas constituyen un
archipiélago de diminutas islas en el golfo
de Tomini, ligeramente al sur del Ecuador
donde se encuentran algunos de los mejores arrecifes de coral de Indonesia. Algunos de sus hoteles viven
del buceo y afortunadamente aún no se ha construido en ninguna isla nada que
pueda hacer cambiar la naturaleza las mismas ni la sosegada vida en las
pequeñas aldeas de pescadores asentadas sobre tierra y también sobre pilares en
el mar. Tampoco hay cobertura telefónica y la mayoría de estas islas están prácticamente
desiertas.
Muy cerca, atravesando una vereda de espesa vegetación, se
encuentra una pequeña aldea de pescadores “Bajau”
conectado por un puente de más de quinientos metros a otro poblado con casas
flotantes justo frente al Lestari.
Los bajaus son
también llamados “gitanos del mar” o “nómadas del mar”.
Son nómadas,
cazadores-recolectores que pasan sus vidas sobre sus barcos. Pero
alrededor de estas islas viven principalmente
en casas flotantes sobre postes, y hasta hace poco eran auténticos nómadas que
trasladaban sus barcos según las inclemencias climáticas o políticas. En este
caso concreto hay una pasarela que une la parte del pueblo que hay en el islote
con la aldea que hay en tierra firme.
La belleza del entorno es inigualable. No solo se puede
hacer inmersiones con gafas y tubo (las formaciones coralinas son bonitas, pero
pocos peces grandes), también se pueden hacer una serie de caminatas a través de su gran bosque ecuatorial que encierra una fauna y una flora extraordinaria. Incluso entrar en una extensa cueva de
murciélagos donde habitan centenares de ellos. Momentos de tremenda emoción
sentirse rodeado por el vuelo de estos pequeños mamíferos con cara de rata que apenas
tienen visión. Algunas se chocaron en mi cuerpo. ¡Y muchas me cagaron encima!
Al igual que le sucedió a John,
un americano, y a Blanca,
una española que también se estaban quedando en Lestari cuando hicimos juntos esa
excursión nosotros solos, sin guía, con un trozo de papel mal dibujado indicando
cómo se podía acceder hasta allí a través de estrechas veredas. Nos perdimos en
varias ocasiones pero finalmente pudimos dar con la oculta cueva.
Tuve que quedarme cuatro noches debido a los horarios del
paso del ferri de vuelta, y hacer sólo una noche y dos días en la otra isla, Kadidiri, que al encontrarse
cerca de Wakai de donde saldría
el ferri grande que se dirige a Gorontalo,
me facilitaría aprovechar mejor el tiempo.
Desde Malenge a Wakai fueron tres horas de navegación bajo una ligera lluvia, y
desde Wakai, una
embarcación del Kadidiri
Paradise Resort (> 275.000 Rp., con 3 comidas) me
llevaría a su establecimiento en Isla
Kadidiri, que me pareció el mejor hospedaje
de esta isla. Comparte playa con
otros dos, Black Marlin y Pondon
Lestari, que también tienen buena pinta. Como tuvimos que esperar
varias horas por la llegada de la embarcación rápida de Ampana para recoger a otros turistas perdí la opción de hacer unas inmersiones
a medio día cerca del volcán
Una Una, uno de los mejores fondos de Togian para ver hermosos corales y
grandes peces. Así que dejé para el siguiente día las inmersiones y por la
tarde junto a una pareja de franceses visitar el lago de las medusas (Lago Mariona). Algo inusual y muy
llamativo!. Nadar entre varias especies de medusas, ser rozado y no sufrir
quemaduras como sería lo normal!. Habitan en el lago interior de una isla desde
tiempo pre-históricos y no han tenido rivales por lo que dejaron de desarrollar
el veneno para defenderse.
El siguiente día amaneció lloviendo y con bastante viento,
por lo que tuvimos que suspender la primera de las dos inmersiones que había
contratado con el centro de inmersiones. A las 11 pudimos hacer la única que
nos daría tiempo así que rápidamente nos dirigimos a unas bajas de coral que se
encontraba a varias millas de la costa donde pudimos apreciar en una pared coralina que descendía hasta los 25mts. aunque no había nada extraordinario que ver, tan solo algunas Barracudas, varios Napoleones, una pareja de Sweetlips moteados de labio gordos escondidos entre las grietas del arrecife, un Grouper perteneciente a la familia de los Meros, un Trivallys de cola azul- también llamado Jurel gigante- y pequeños bancos de coloridos peces. Fue una lástima porque me hubiera gustado poder hacer otra inmersión y disfrutar varias horas de estos fondos marinos. Cuando regresamos al complejo solo
dio tiempo de almorzar y salir rápidamente hacia Wakai para coger el ferri grande a Gorontalo.
Esta vez sí encontré a un montón de bules juntos. Hasta el momento apenas si había visto tres o cuatro extranjeros paseando y ahora éramos
unos quince desplazándonos hasta el N..
Unos se iban a quedar por Gorontalo,
otros iban a Manado y mi grupo de cuatro (Enma y Cesar
de España y Baldek de Letonia) iríamos a Tomohon para caminar por el cinturón de
volcanes, entre los más activos del país, muy característico de esta zona.
Como llegamos a las 4:30 de la mañana, con dos horas de antelación, nos dio la tranquilidad de saber que llegaríamos de día a nuestro destino, por lo que la lucha de precios con los intermediarios “busca-vidas” fue lenta e intensa en el puerto de atraque. Pudimos conseguir finalmente el trayecto hasta Tomohon por 1.000.000Rp. (pedían al principio millón y medio!), en un vehículo de 6 plazas, no muy incómodo, como si lo fueron la cantidad de horas (aprox. 12h.) que duró el trayecto, haciendo muy pocas paradas en comparación a cómo lo haría una guagua local.
Como llegamos a las 4:30 de la mañana, con dos horas de antelación, nos dio la tranquilidad de saber que llegaríamos de día a nuestro destino, por lo que la lucha de precios con los intermediarios “busca-vidas” fue lenta e intensa en el puerto de atraque. Pudimos conseguir finalmente el trayecto hasta Tomohon por 1.000.000Rp. (pedían al principio millón y medio!), en un vehículo de 6 plazas, no muy incómodo, como si lo fueron la cantidad de horas (aprox. 12h.) que duró el trayecto, haciendo muy pocas paradas en comparación a cómo lo haría una guagua local.
El
interior de esta parte N. de la isla que estoy recorriendo es más
bien desigual, y los paisajes conforman uno de los grandes atractivos con
enormes bosques ecuatoriales que, no obstante, encierran una fauna y una flora
extraordinaria. La isla reúne la abundancia de su clima ecuatorial y las
múltiples variaciones de relieve de sus numerosas zonas montañosas -la cima más
alta culmina a 3.440mts.-. A causa de esta difícil geografía
las poblaciones autóctonas han vivido prácticamente en independencia y se han
desarrollado con muy poco contacto con la globalización aunque, con la
construcción de nuevas carreteras, el choque cultural sigue siendo un
hecho perjudicial. Lo que está claro es que ya nadie se salva de las relaciones
con el exterior. Principalmente, lo chino!.