5/11/17

Primeros Pasos

Nuevamente en Jakarta, la capital indonesia, pero esta vez tengo que hacer noche aquí porque la hora de llegada ha sido algo tarde como para conectar con el siguiente vuelo que quiero tomar hacia Makassar en isla Sulawesi y comenzar desde allí mi viaje. 
Este año el precio del boleto de la Cia. Emirates de Madrid a Jakarta ha sido prácticamente el mismo que compré hace 5 años (750€) y eso que lo adquirí hace más de un mes por interné. En la embajada de Madrid conseguí un visado por 60 días (45€) que tramitaron en menos de una semana.
Una vez sellado el pasaporte en el aeropuerto indonesio cambié algo de dinero y esperé por una de las guaguas de la Cía. Damri, que llega hasta la Estación de tren Gambir (43.000Rp.), en la plaza Merdeka. Al llegar anocheciendo, desde allí decidí subir a un becak (triciclo con motor), 20.000Rp., para quedarme muy cerca, en una de las zonas mas económica de Jakarta conocida por los turistas mochileros: Jalan Jaksa, aunque estos días, por ser temporada baja, apenas he visto alguno. Me he quedado en el hotel Tator (200.000Rp., cama doble, climatización, desayuno indonesio incluido), que ya había reservado días atrás por internet.
Aquí hay muy poco que hacer: ver películas en los bares y beber cerveza, que es algo cara.
Jaksa es una calle de aprox. 400mts. de larga en el barrio Meteng llena de hoteles de diferentes categorías, bares y restaurantes, algunas agencias de viajes, y unas pocas tiendas. Aunque la calle no es nada moderna o desarrollada como Kuta, en Bali, o Kao Sarn, en Tailandia, quienes se quedan aquí pueden mezclarse tranquilamente con los vecinos y disfrutar del ambiente entre las callejuelas que atraviesan todo el entorno y que no han perdido ese encanto de "toda la vida". Desgraciadamente los tractores están poco a poco derribando las antiguas edificaciones de los alrededores para dar paso a la construcción de nuevos mamotretos que hacen que se pierda el encanto. 
Las calles adyacentes (M.H.Thamrin o H. Agus Salim) son las más bulliciosas, con tiendas, restaurantes, centros comerciales, es decir, con mucho movimiento local. Por la noche se montan en las aceras de ésta última puestos de comida donde se pueden degustar una gran cantidad de platos de muchas partes del país. Perfecto para comenzar a recordar los excelentes sabores y olores de la comida indonesia que tanto me ha gustado en mis viajes por este país. El primer plato no podía ser otro que Ayam Lalapan (pollo con sambal y arroz blanco). Pero que buueeno, carajo!. Y por supuesto, relajarme con algunas cervezas Bintang. mientras escucho vídeos musicales en las pantallas de Tv de algunos bares de la zona.
A primera hora de la mañana, tras desayunar Nasi goreng (arroz frito con verdura) en el hotel (incluido en el precio de la habitación) y antes de dirigirme nuevamente al aeropuerto he aprovechado para cambiar Euros por Rupias Indonesias (1€ = 15.590 Rp.). Hay que preguntar en los "Money Changer" de la zona porque no tienen los mismos cambios. 
(1$ = 14.350Rp.)
Nuevamente me he trasladado al aeropuerto con Damri para tomar un vuelo de la Cia. Aérea Lion destino Makassar, y que también había comprado por Internet (45€).
En dos horas me encontraba en el comienzo de mi nueva ruta por isla Sulawesi. Como en este aeropuerto también trabaja la Cía. Damri, igualmente compré un trayecto hasta la plaza Lampangan Karebosi, la zona más activa de Makassar. Me he hospedado en el hotel Harmoni Inn ( 200.000Rp. con climatización y desayuno indonesio incluido), y que también había reservado por Internet.
Está muy bien situado, entre la avenida principal que va desde el puerto hasta lo que ellos llaman la Playa Losari (Pantai Losari), las calles más populares y la avenida Penghibur, donde todas las tardes montan decenas de puestos de comidas y bebidas, que es punto de encuentro muy familiar. Al ser fin de semana, la actividad de los makasareses es incesante. Los más jóvenes, celular en mano (ellas principalmente) al igual que los españolitos, no paran de hacerse fotos continuamente. Que obsesión!. El uso del WhatsApp aquí también es frenético. Las familias se sientan es las mesas para compartir las bebidas, o las comidas. La especialidad, y más demandada, es la banana asada y aderezada con leche condensada y chocolate (Pinsang Goreng Coklat Manis).
Makassar, por sus diferentes tipos de comidas, y lo económico, es un buen destino culinario. Muchas calles están llenas de pequeños restaurantes (warrung) con diferentes especialidades, desde fideos, carnes, sopas, pescados..., heladerias, dulcerías, puestos de Coco fresco para beber con diferentes combinaciones... hasta la zona de restaurantes de pescado fresco. Los hoteles también tienen sus comedores, aunque son mucho mas caro.
Aquí, igualmente, hay poco que hacer, si acaso visitar un antiguo fuerte holandés (Fort Rotterdamahora llamado Beteng Ujung Pandang construido por el sultán de Gowa para defender la ciudad, y que alberga un par de museos, el muelle donde están atracados una gran cantidad de barcos tradicionales de madera (pinisi) de la comunidad Bugi, una Cascada (Air Terjun Bantimurung) a una hora en moto, paseos en embarcaciones o visitar las pequeñas islas Kayangan o Samalona, que los fines de semanas es tomada por el turismo local para hincharse a sacarse fotos, mojarse las piernas, comer, beber y poco más.
En el s.XVI Makassar era uno de los principales centros comerciales del sudeste asiático. Aquí se establecieron comerciantes y mercaderes chinos, indios, siameses, árabes, javaneses, malayos y portugueses antes de la llegada en 1667 de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Se cargaban y descargaban, se vendían y compraban ricas telas, perlas, oro y cobre, alcanfor, nuez moscada, clavo y otras especias provenientes de las vecinas Molucas
La diversión nocturna de esta zona en la que me hospedo son los escandalosos karaokes, donde los que intentan cantar algo distorsionan sin vergüenza alguna, que unido al alcohol... pues ya tienen su fiesta!. De paso, también es un amplio y "permitido" putiferio!.
Varias mezquitas y el barrio chino pueden completar la visita que puede acabar junto al puerto donde un agradable paseo marítimo, Pantai Losari, está lleno de puestos donde se puede comer algún bocado indonesio.  
Me he tenido que quedar unos días para comprar algunas cosas que quiero llevarme para estos meses y también controlar la ruta que quiero seguir.
En definitiva, me ha gustado la zona donde me estoy quedando, aunque los días han sido bastante calurosos y lástima que todos los atardeceres se estropearan por lluvias de casi una o dos hora sin cesar.